tag:blogger.com,1999:blog-32362955056427751022023-11-16T04:49:57.869-08:00Los Leitmotivs de cada díaUn recuento de impresiones, una plétora de letras arregladas con gusto.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.comBlogger33125tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-61570596999104510102009-03-26T16:16:00.000-07:002009-03-26T16:26:20.639-07:00Dédalo de FrasesEs curioso escribir algo para alguien.<br /><br />Es curioso escribir algo para alguien, con la absoluta seguridad de que ese alguien jamás va a leerlo.<br /><br />Es curioso escribir algo para alguien, con la absoluta seguridad de que muchos otros van a leerlo.<br /><br />Es curioso escribir algo para que sólo alguien pueda entenderlo.<br /><br />Es curioso escribir algo que no entienda nadie que lo lea.<br /><br />Es curioso escribir algo...Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-67140166444348542372008-11-20T15:18:00.001-08:002008-11-20T16:00:36.697-08:00Tinte Fascista Nº 2Un pueblo al que haya que convencer para que vote no merece votar. He dicho.<br /><br />No, en serio. Llevo más de una semana escuchando "campañas", "educativas", "gubernamentales", (nótese que el encomillado es intencional), "instando" a que la población para a votar. Todo un esfuerzo comunicacional mancomunado para alcanzar la meta de que la gente defienda sus derechos mediante el sufragio.<br /><br />Oye, pero...¿Por qué?, es decir. Todos saben que hay votaciones. Todos saben que el voto es secreto, es universal, es blablablá. O sea, que pueden y deben ir a votar el 23 de noviembre. El que no quiere ir a votar, es por esa sencilla razón. Porque no quiere, porque no le da la real gana, porque no le sale de la bolsa escrotal, en otras palabras.<br /><br />¿Entonces para qué carrizo se gastan 73480924108 bolívares fuertes en una campaña "informativa y educativa" para que la gente vaya a votar?, (nota del autor: el número es una composición matemática aleatoria y figurativa). Los que van, van, los que no, no. Es más, uno debe tener el sacrosantísimo derecho de no ir a votar, porque los candidatos son excremento, porque quiero descansar, porque no quiero hacer cola, porque no quiero pues, porque soy fascista y dictatorial y no me da la realísima gana de salir el domingo a votar porque NO creo en la democracia ¿No es la libertad de hacer yo lo que quiera superior a la supuesta "libertad institucional" del "voto"?<br /><br />Esa dichosa "campaña" no es nada más que un lavado de cerebro, así de sencillo. Otra forma más de botar, con "b", el presupuesto nacional. Si no quieren votar, que no voten, que no se quejen, y que sean políticamente pasivos. ¿Es que acaso ahora no hay derecho a ser pasivo, sumiso, y respestuoso de cualquiera que se te quiera imponer? ¿No tengo yo acaso ese derecho a que sencillamente NO ME IMPORTE?<br /><br />Postdata, para evitar discusiones cáusticas en los comentarios posteriores: Yo voy a votar.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-31819826873410282842008-11-07T10:46:00.000-08:002008-11-07T13:48:39.732-08:00El ImaginarioEl calor es normal, como siempre en las primeras horas de la tarde. El ademán sencillo de extender la mano y el brazo hacia la calle se me ocurre automáticamente apenas identifico el letrero rojo, verde y amarillo detrás del amplio parabrisas. "Antímano- Montalbán-El Paraíso- Capitolio", rezan los carteles. La caja rodante se detiene, ruidosa y estrepitosamente, chirriando y quejándose. Es El Imaginario.<br /><br />El ademán era innecesario. La parada es uno de esos improvisados puestos de control para los choferes, donde oscuros funcionarios anotan algo en una carpeta cada vez que uno de los imaginarios se detiene, para cumplir con una desconocida y rudimentaria burocracia. Asciendo el par de escalones que conforman la entrada a la caja, al vagón ambulante. Es irónico el ascenso, la idea de un descenso parece más apropiada para la situación.<br /><br />En el reverso de la puerta, hidráulica pero que nunca funciona, leo unos variopintos mensajes, la bienvenida de El Conductor a los pasajeros del colectivo. "No sea burro, no se quede en la puerta", dice el primero, acompañado de la imagen animada del conocido burrito de Pixar. Otro enriquece la cultura con una aseveración extraída de la más pura expresión de la cultura popular urbana. "Te deseo el doble de lo que a mí me deseas". Muy útil para cualquier tipo de trato social, positivo o negativo.<br /><br />Encaro por medio segundo al encargado de poner en marcha El Imaginario. Sempiternos bigotes adornan sus facciones, marcadas por abundantes líneas de expresión y coloreadas en tonos ocre claro. Viste una camisa que intenta ser formal, excepto por el simple detalle de que los botones están abiertos casi hasta el ombligo, y su cuello está decorado con un llamativo trapo de cocina de colores vivos, desteñidos por el sudor recibido. "Vamos, vamos, vamos". Como todos, está apurado. Tendrá cuotas de pasajeros que mantener.<br /><br />Dos pasos más hacia adentro, hay un pasillo, afortunadamente vacío. Los asientos están llenos hasta la mitad. La mitad más cercana a la puerta, por supuesto, hay numerosas razones por las cuales se debe evitar el fondo de uno de estos imaginarios de carnaval. El calor es más hiriente el fondo, es más fácil convertirte en la presa de algún depredador urbano, y si El Imaginario es objeto de una repentina embestida de pasajeros que ateste el espacio, es muy difícil recorrer un pasillo lleno de cuerpos para salir.<br /><br />Hay que revisar buscando puestos vacíos relativamente de prisa. Tienes menos de un segundo antes de que El Conductor lance El Imaginario hacia adelante, y la fuerza centrípeta del motor suele donar una buena sacudida a los pasajeros parados en el pasillo cuando la caja es propulsada por el desvencijado y quejumbroso motor.<br /><br />Consigo un buen puesto, no está muy hacia al fondo. En una ventana, las únicas salidas visuales de El Imaginario. Por supuesto, el puesto correspondiente aledaño al pasillo está ocupado. La Señora Cincuentona que está sentada en él tiene varias bolsas de compra sobre su regazo, un corte de pelo bastante corto, pintarrajeado de rubio, que ella de seguro jura que la hace ver más joven, bastantes joyas baratas de fantasía que adornan su piel, y una actitud a la defensiva.<br /><br />"Permiso", permito sin pensar, mientras me aferro al largo tubo de metal que funciona como único soporte en el imaginario para los desafortunados atrapados en las sacudidas provocadas por su continuos avances y frenadas. El tiempo parece detenerse cuando La Señora Cincuentona voltea a mirarme. Un rictus de desprecio nace en las comisuras de sus labios y se extiende por el resto de su rostro. Debo haber cometido hechos realmente deleznables para haberme ganado esa expresión, supongo en mis adentros. Sólo recuerdo haber pedido permiso, imagino que mis delitos fueron en otra vida.<br /><br />El colectivo se pone en marcha, Demasiado tarde, la sacudida recorre mi cuerpo desde los pies hasta la mano que me sujeta a la barra. La Señora Cincuentona no modifica su expresión, sólo desliza su cuerpo hacia un costado, moviendo sus piernas hacia el pasillo, mientras se sostiene con la mano colocada sobre el respaldo del asiento de la próxima fila. "Permiso", repito, en el tono de voz más neutro que puedo obtener de mi garganta. La mujer voltea de nuevo su cara hacia mí. Su expresión se intensifica por momentos y parece preparada para hablar, hasta que mi dedo con una señal pausada le señala el brazo que obstaculiza mi paso hacia el tan ansiado puesto.<br /><br />El brazo es retirado, no sin un chasqueo de dientes. Al fin el puesto. Me acomodo. Miro por la ventana. Una avenida caraqueña más, llena de gente. Calor, tráfico, muchedumbre. La Señora Cincuentona, a mi lado, sin verme se acomoda en su posición inicial, sosteniendo sus compras.<br /><br />Primera parada. Otra mujer, La Anciana, asciende los peldaños. Sus manos cargan un par de bolsas de basura negras de contenido desconocido. Su espalda carga con al menos 75 años encima, en un cálculo conservador. La reacción inmediata es revisar si hay puestos libres cercanos, con la intención anacrónica, vetusta, adecuada y justa de cederle mi tan apreciado lugar. No es necesario. Otro hombre, mejor situado con un puesto que colinda con el pasillo se levanta. La Anciana toma asiento. No agradece, no bendice, sólo chasquea su labios desdentados un par de veces. La delgadez de sus piernas, manchadas por la edad, me impresiona, poco más que la corta longitud del vestido para una mujer de sus años.<br /><br />Segunda parada. El Pregonero cumple su trabajo a conciencia. Enumera los destinos del imaginario con una rapidez impresionante. Apura a las personas listas para ascender al pasillo. La caja se llena. Los asientos se acaban. Los tubos se cubren de manos, de palmas. El Pregonero continúa anunciando la ruta, espera que se abarroten los nuevos ingresos para trepar al espacio que ocupa El Conductor. Voltea y parece detectar algo afuera de El Imaginario. "Soy el garitero de esta gente", anuncia con tono divertido a El Conductor, quien le extiende con una mano indolente unas monedas. El Pregonero toma su pago y asoma la cara por la puerta, voceando un nuevo código. "Agua a pie, agua a pie", repite mientras desciende de nuevo hacia la calle. Volteando hacia El Conductor finalmente explica: "Le cobro mil a cada buhonero por el aviso del agua". El agua son los policías que vienen a desalojar a los ambulantes, recuerdo haber escuchado.<br /><br />Tercera parada. La Señora Cincuentona abandona el asientoa mi lado, dejándolo libre, mientras desciende con otros. En los escalones a El Imaginario se yergue una figura impresionante. Un cuerpo moreno, que parece tallado en lodo. Los pies descalzos y cubiertos de aceite y asfalto. Una singular cuerda de pabilo sostiene sus pantalones sobre la cintura. El torso, más digno de un atleta o un David que de un indigente, sólo está parcialmente cubierto por una camisa manga corta, manchada de sangre y mugre. La gente huye de El Hombre Sucio como la peste o la lepra. Su rostro, sin embargo, no demuestra un ápice de maldad o malas intenciones. No hay violencia grabada en sus facciones. Se tambalea hacia adelante, y asciende.<br /><br />La razón del aura repelente es obvia, y asalta mi nariz violenta e inclemente. El hedor es desconcertante, no es ese olor característico a mierda o a cloaca. Tampoco es el hedor de la basura acumulada. No es el almizcle rancio de los animales. Es un poco de eso, pero hay algo más. El tinte a metal, óxido cobre viejo me da la clave un instante antes de que El Hombre Sucio se acerque un poco más. Sangre.<br /><br />La Muchacha de Verde, parada cerca de El Conductor, huye de la aparición y ocupa el puesto a mi lado. Su cara con mezcla de asco, desprecio y resentimiento es evidente. Me pregunto si tengo la misma expresión, no puedo evitar sentir la incomodidad del vaho hediondo. Con ojo experto analizo. Hay manchas carmesí en la camisa. Suficientes para explicar el olor, no tan abundantes como para suponer que el hombre va a colapsar muerto a las puertas de El Imaginario. Suspiro aliviado.<br /><br />La Muchacha de Verde voltea hacia mí. Veo sus ojos sombreados de un verde brillante y escarchado que combina a la perfección con el resto de su atuendo claro. Su mirada es de complicidad, como si yo fuera algún tipo de amigo, como si compartir el olor asqueroso nos uniera de alguna manera. El Hombre Sucio da pasos decididos hacia el pasillo. El Conductor grita, le pide, le demanda, le ordena que no entre. El tono es seco e imperativo.<br /><br />El Hombre Sucio hace caso omiso. Entra al pasillo, ve un puesto desocupado y ocupa el asiento pegado a la ventana. Cuando pasa a mi lado mi análisis da frutos. Una cortada seria pero no letal corre a lo largo de su cuello. Otra herida similar se abre en la parte de atrás de su cabeza. Son los manantiales que gotean sangre sobre la camisa. El Conductor exige, sin parase de su asiento, que abandone El Imaginario.<br /><br />El Hombre Sucio finalmente contesta. Asegura que va al Hospital de la Policía Metropolitana en San Martín, y que El Imaginario pasa por esa ruta, con ojos dignos que piden sin ser suplicantes, firmes sin ser exigentes. Describe su situación con un "tengo el casco abierto, los pacos me dieron". El Conductor repite mecánicamente sus prohibiciones mientras pienso por un segundo. No hay Hospitales de la Policía Metropolitana. No hay Hospitales en San Martín. Y además, la ruta del imaginario no pasa por San Martín. El Hombre Sucio es un Orate.<br /><br />La Muchacha de Verde a mi lado hace un mohín. Aunque no nos hemos presentado, me habla como si fuera su hermano, "Ay mira, yo me bajo aquí", como si yo fuera a seguirla. Apenas volteo ya abandonó El Imaginario. La Anciana sentada detrás de mí dirije nuevas imprecaciones. Asegura que "los que estamos aquí", aunque habla por ella sola, tenemos prisa y queremos trabajar, que no estamos paseando. Las palabras de La Anciana destapan una consciencia colectiva, un murmullo anónimo y acusador de voces desaprobatorias, un coro de exigencias guiadas por el tono estentóreo del conductor.<br /><br />Las pupilas del Hombre Sucio demuestran miedo por un segundo. Teme que lo desalojen por medios violentos. Yo no lo creo, no creo que nadie tenga deseos de acercarse más a El Hombre Sucio. Nadie lo va a lastimar, su propia inmundicia es su protección, aunque él no lo sepa. Con cara de tristeza y resignación El Hombre Sucio abandona el Imaginario, seguido de cerca por miradas acusadoras.<br /><br />Intermedio. La Anciana habla apenas El Imaginario arranca de nuevo. Dice que le dá lástima, a lo que yo opino en silencio que le da lástima siempre y cuando no modifique su preciosa prisa. Que espera que sus hijos no terminen así. Que eso no era sangre, que parecía otra cosa. "Estos locos", dice. Hablo, Reseño la cortada en el cuello. La Anciana no la vio, pero hace como si no me hubiera escuchado. Al menos mis palabras la hacen mantenerse en silencio.<br /><br />Cuarta Parada. El Tostonero asciende hacia el pasillo de El Imaginario con prisa, carga sobre sus hombros, en bandolera, paquetes llenos de tostones pegados los unos a los otros con cinta adhesiva ancha, industrial. Su camiseta está sucia. En las manos carga uno de los paquetes rellenos de plátano cocido, en la otra una pequeña cava de anime. "Agua, ajo y natural, uno a dos mil y tres a cinco mil", ilustra y describe su producto, de manera precisa, economizando palabras.<br /><br />Nadie quiere tostones. Son salados, la sal da sed, y la sed da calor. La Anciana quiere un agua. El Tostonero le da su pedido y se cobra una cantidad exorbitante de dinero por una pequeña botella de agua. La Anciana le cancela solícita, sin quejarse por el precio escandaloso. Supongo que el servicio de llevar agua hasta El Imaginario vale el triple que el valor de la misma botella en la calle. Es El Imaginario, en todo caso.<br /><br />Quinta parada. No existía en los planes de El Conductor. No está marcada en su ruta. El camino está bloqueado por unos conos y señales. Un toldo rojo al fondo y una multitud presagian lo que pasa. El conductor intenta desviar El Imaginario hacia una pequeña calle lateral. Varios pasajeros demandan que se detenga. Una procesión de ocupantes desciende de El Imaginario. El Obrero dirige una mirada en lontananza por la ventana hacia el toldo, y farfulla "Chávez se soltó el moño otra vez, qué lavativa con esa pandilla", antes de ser el último en abandonar El Imaginario en la esquina. Miro hacia el otro lado, veo un afiche sobre una pared. El Presidente me sonríe, sostiene un bate en posición de hacer swing. "Vamos con Todo", reza el letrero. Mi mente deambula sobre el juego de palabras de "Desviamos a Todos", imagino que por eso es que Chávez se está riendo cuando me mira en la foto, se ve que está gozando un puyero en la imagen. El pensamiento genera una sonrisa.<br /><br />Sexta parada. El Imaginario ahora está medio vacío. El Dulcero trepa por los escalones cargando con una caja de Sambas. "Bueno, eres tú o soy yo, muerto de hambre, ¡Agarra la próxima!", grita hacia la calle. Rápidamente expone su caso. Da las buenas tardes. Exige que se le conteste. Se le contesta. El Dulcero asegura que no es necesario comprarle nada, que eso no es obligado. Pero añade que no hay que ser maleducado y aceptar el producto, verlo y devolvérselo. La cara de El Dulcero es un mapa de cicatrices. Una parece de puñalada. Me pregunto por qué hay que agarrar el producto y devolvérselo. El Dulcero vende barras de chocolate. Si la agarro, para no comprarla con este calor, se va a empezar a derretir, y el que la compre más tarde se va a comer el chocolate derretido e informe. Por eso nunca quiero agarrar los dulces, porque a nadie le gusta comer comida manoseada por otros. No creo que a El Dulcero le importe vender chocolates derretidos, sin embargo.<br /><br />El Dulcero explica precios, al revés del agua, el chocolate es más barato en el Imaginario que en la calle. Asegura que la fecha de vencimiento está en la parte de atrás de las barritas, y que no están "podrías". Lanza un largo discurso acerca de la falta de educación, y me pregunto por qué. Cuando pasa a mi lado, me alcanza tres barras. Las agarro. "Samba Carlton" dicen. A quién se le ocurre vender chocolate con este calor. El Dulcero explica que hay que comprarlas porque son un producto Nestlé y Savoy. El Dulcero explica feliz, sin duda gracias al éxito de sus tácticas de extorsión y amedrentamiento, que la gente es educada. La felicidad dura poco cuando todos los ocupantes del Imaginario le devuelven las barras. Era mentira lo de que no era obligatorio. Igual se molesta. La paga con la Muchacha del Primer Asiento. Le dice que no lo vea así, por encima del hombro. Que los que no han pasado hambre no conocen la humildad. Que vaya a pasar trabajo de verdad para que aprenda. La Anciana murmura apoyando a El Dulcero. La Muchacha del Primer Asiento baja la cabeza, no contesta, y sorprendentemente le paga las tres barras. Realmente parece más humilde que El Dulcero. Estoy a punto de intervenir a su favor, encarando a El Dulcero cuando por fin abandona el Imaginario, guardando el dinero de su única venta.<br /><br />Séptima parada. El Cremosito asciende. Es otra versión del tostonero y el dulcero. Lleva una cava. Anuncia su producto, helados de chupi y crema. El Conductor pide uno. Otros le secundan. El Cremosito tiene cara de bonachón, debe ser por lo gordo. Al contrario que los demás sonríe, atiende, agradece.<br /><br />Octava y última parada. La mía. También la de La Muchacha del Primer Asiento. Se pone de pie con dificultad, debe ser por el exceso de peso, supongo en un principio. Me cuesta un poco darme cuenta de la prótesis de metal. Es que los jeans son engañosos. Me hago un lado para dejarla pasar tan pronto como los dos nos ponemos de pie y nos encontramos en el pasillo. Me dirige una mirada llena de orgullo, pero de rabia, como si mi concesión la insultara. Esta vez entiendo a la perfección y me niego a humillarla. El humillado soy yo, así que me adelanto y le extiendo mi pago a El Conductor. Pregunta cuántos. Mi inconsciente me traiciona, casi digo dos para humillarme más. Digo uno. El Conductor farfulla algo sobre la gente sin sencillo. Me da el vuelto. Desciendo.<br /><br />Abandoné el Imaginario, el calor golpea mi rostro. La Muchacha del Primer Asiento desciende pocos segundos después. Mi inconsciente casi vuelve a traicionarme para extender el brazo, pero no en ademán de llamada a un Imaginario. Hago que espero para cruzar la Avenida. La Muchacha del Primer Asiento baja con cuidado pero sin pausa. Se aleja cojeando. Mañana será otro Imaginario.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-22156115298217111962008-11-06T10:27:00.000-08:002008-11-06T13:32:22.491-08:00Tinte fascista Nº 1Primera sección fija. Para ilustrar sobre mis creencias políticas y sociales.<br /><br />La donación de órganos debería ser obligatoria. En serio. ¿Por qué rayos tiene uno que seguir teniendo derechos después de muerto? Los derechos humanos son para los humanos, no para los cadáveres. Los cadáveres deberían ser declarados materia prima de utilidad pública.<br /><br />"Mi libertad de culto me permite que mi cuerpo, a pesar de poder salvar vidas, se lo coman los gusanos porque la resurrección eterna y blablabla". No.<br /><br />Si crees en un Dios todopoderoso y benevolente, que además aprecia el sacrificio y el altruismo, créeme, te va a devolver tu hígado/corazón/riñón/córnea y etcétera, si te resucita en cuerpo y alma durante el Día del Juicio. No va a ser tan rata como para dejarte mocho, cuando puede hacer cualquier cosa. Es que te los pone hasta de barro, si quiere. Más todavía si los diste para que alguien sobreviviera y disfrutara de un tiempo extra que a tí ya se te acabó. Es sentido común, que según tú también te lo dio Dios. Además, los cadáveres no rezan, ni tienen fe. No tienen libertad de culto, ¿Estamos claros?<br /><br />"Mi libertad de escogencia me permite que mi cuerpo sea cremado para lanzar las cenizas al mar en un último acto de cursilería ridícula". No.<br /><br />Si quieres ser cenizas, y devolver tu energía al mundo y otro mumbo-jumbo, quémate vivo, cuando todavía lo puedes escoger. No dejes que otros lo hagan por tí. No malgastes recursos, sobretodo cuando hablamos de aquellos que son capaces de salvar vidas en peligro. Te pueden quemar sin hígado/corazón/riñón/córnea y etcétera, créeme que el mar no se va a dar cuenta de que te faltan, ni hace falta que los tengas para que te "disperse el viento" de manera romántica. ¿Vale?<br /><br />"Tengo derecho a visitar al cuerpo de mi familiar en su tumba para recordarlo". No. Bueno, depende.<br /><br />Vaya a la tumba. No se va a ver más fea ni las flores se pudren si no tiene el hígado/corazón/riñón/córnea y etcétera adentro. Igual no va a ver el cuerpo ni nada. Vaya a visitarlo, llore, lamente, recuerde, sonría. No hacen falta los órganos para eso. Si pudiéramos poner en riesgo vidas por sentimentalismos, protegidos por la ley, cada vez que me molesto manejando yo tendría todo el derecho a llevarme al motorizado que llevo al lado en la autopista.<br /><br />"Tengo derecho porque tengo derecho y quiero escoger. Yo escojo que no me saquen los órganos porque me da grima, o porque soy un sociópata que no quiero ayudar a nadie".<br /><br />Fino. Tienes tu derecho. ¿Y cómo vas a impedir que te los saquen, pregunto? ¿Te vas a levantar como zombie? ¿Me vas a jalar los pies después de muerto por haber donado a la fuerza tus tripitas? Trata o de quemarte vivo, o de que te dé cáncer con metástasis de la cabeza a los pies. Y con todo y eso, de seguro algo se puede rescatar.<br /><br />Cuando yo sea Dictador del Nuevo Orden Mundial, (porque ese es el título al que aspira mi alter ego fascista), voy a instituir una base de datos sobre compatibilidad de órganos de manera obligatoria, y se los voy a expropiar a los cadáveres si hay pacientes en espera, y si no, que sean donados a la ciencia. Los cadáveres no tienen derechos.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-48006158311657009042008-09-23T11:37:00.003-07:002008-09-23T11:44:23.425-07:00Geek Love.Con relación a esta definición de "geek", que obtuve investigando para la entrada anterior:<br /><br /><em>"A person who relates academic subjects to the real world outside of academic studies; for example, using multivariate calculus to determine how they should correctly optimize the dimensions of a pan to bake a cake." (Una persona que relaciona conocimientos académicos con el mundo real fuera de sus estudios académicos; por ejemplo, usar cálculo multivariable para determinar como debería optimizar correctamente las dimesiones de un sartén para hacer una torta)</em><br /><br />Coloco esta imagen, que ilustra como puede usarse conocimiento empírico para expresar emociones humanas, en este caso intenciones o sentimientos románticos.<br /><br /><a href="http://imgs.xkcd.com/comics/angular_momentum.jpg"><img style="cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px;" src="http://imgs.xkcd.com/comics/angular_momentum.jpg" border="0" alt="" /></a><br /><br />(Y no, no quiero referencias a disfraces del Efecto Doppler, por favor).Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-23958766431408762952008-09-23T11:37:00.001-07:002008-09-23T11:38:37.266-07:00Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-91458053261904888442008-09-23T10:14:00.000-07:002008-09-23T11:36:35.892-07:00Geek is the new coolAsí parece. Así lo dicen. Luego de unas buenas discusiones, tanto académicas como informales, sobre el significado de "cool", y sobre la esencia que constituye esa característica denominada "coolness", y reflexionar y meditar sobre algún tiempo sobre el significado de geek, me pregunto si de verdad esa afirmación tiene algún sentido.<br /><br />La frase de "Geek is the new cool", (que siempre me hace recordar las frases relacionadas con el mundo del fashion "Red/Green/Blue/Yellow/White/Purple/Violet/Pink/Ochre/Salmon/Watermelon is the new black"), no está relacionada con la definición académica de "coolness", pues se basa en la creencia de que los geek pueden convertirse en "populares", en "trenders", en definidores de tendencias en el arte, la moda, o la "pop culture", cultura popular. Es otras palabras, en el factor principal que comanda el "mainstream" social.<br /><br />¿Debería estar feliz de ser ahora cool por ser geek? La verdad es que eso de alcanzar una meta sin buscarla es extraño, si es que de verdad convertirse en "cool", bajo el sentido que posee en esa frase, es lograr una meta, (bueno, ser popular y aceptado por tus pares es una meta bastante común, digamos). Yo creo que lo principal para cumplir un objetivo es planteárselo en primer lugar. Qué curioso que la gente que termina siendo definida como "cool", (o popular) por lo general es precisamente aquella que no lo busca. Paradojas sociales, digamos. Es que parte de ser "geek" era vanagloriarse de pertenecer a un grupo diferente, de ir contra el "mainstream", de construir contracultura o ser parte de una sub cultura yaciente. Elitismo, en pocas palabras, simple y puro elitismo. Pero bueno, esa era parte de la magia de ser "geek". En el fondo, todos los humanos tenemos una bestia elitista durmiendo en nuestras entrañas. Si "geek" es "cool", ya no somos únicos y elitistas, ¿O no?<br /><br />Podría insertar aquí unas cuantas definiciones sobre lo que constituye nadar contracorriente hasta que el río cambia de dirección y todos los peces empiezan a subir solos contigo, incluso basándome en "Also Sprach Zarathustra", y toda esa parábola tan bonita y compleja del rebaño, pero en realidad sería demasiado denso para un blog. Prefiero irme por un camino más sencillo. Debatir sobre la naturaleza de la contracultura pertenece más a una conversación intensa con argumentos y contra argumentos, (tesis, antítesis) que a una disertación ligera por internet.<br /><br />Debería alegrarme porque si el mundo gira hacia convertir lo "geek" en "cool", entonces ya tengo una buena parte del camino avanzado. O sea, que llevo nadando gran parte del río a contra corriente, y que si ahora cambió la dirección del agua, pues puedo llegar de primero porque voy adelante de los que acaban de empezar a nadar, y que además me impulsa el agua. Pero...Es que no me alegra tanto ser cool. Podría ser el "Geek Leader", (O como prefiero definirme, Geek Lord, que va más en concordancia con la "geekness", que asco de etiquetas), pero la verdad...No, no convence. Es que es una dicotomía muy intensa. Es como decir que lo oscuro debería alegrarse porque todo el mundo se está oscureciendo. Ya no eres oscuro, o al menos tan oscuro, ¿no?<br /><br />Revisemos las definiciones comunes de Geek, para analizarlas individualmente:<br /><br />1.- "A person who has chosen concentration rather than conformity; one who passionately pursues skill (especially technical skill) and imagination, not mainstream social acceptance" (Una persona que ha escogido enfoque en lugar de conformidad, alguien que apasionadamente persigue alcanzar habilidades, especialmente técnicas, e imaginación, en lugar de aceptación de la corriente social)<br /><br />Pero si ahora somos cool y aceptados dentro de la corriente social. ¿No destruye eso precisamente el núcleo de nuestra naturaleza en primer lugar?. Al convertirnos en "mainstream", ¿No dejamos de ser lo que en un principio preferimos dejar atrás?<br /><br />2.- "A person with a devotion to something in a way that places him or her outside the mainstream. This could be due to the intensity, depth, or subject of their interest." (Una persona con una devoción a algo en una forma que la coloca fuera de la corriente principal. Puede ser a causa de la intensidad, profundidad, o área de sus interés)<br /><br />De nuevo. "Mainstream" es la palabra clave. Si ahora nuestras devociones e intereses forman parte del "mainstream", hasta definen el "mainstream", en lugar de colocarnos precisamente afuera, ¿Cómo seguimos siendo geeks?<br /><br />3.- "A derogatory reference to a person obsessed with intellectual pursuits for their own sake, who is also deficient in most other human attributes so as to impair the person's operation within society." (Una referencia derogatoria a una persona obsesionada con búsquedas intelectuales para su propio beneficio, quien también es deficiente en la mayoría del resto de sus atributos humanos hasta el punto de deteriorar el funcionamiento de la persona en su sociedad)<br /><br />Esta es la definición que califico como "ofensiva". Sin embargo, establece que al convertirnos en geek, abandonamos o descuidamos el desarrollo de otros atributos humanos necesarios para desempeñarnos adecuadamente en sociedad, (para mí, una afirmación excesivamente debatible, pero en el análisis de la definición tengo que aceptarla). Ahora, al convertirnos en "cool" nos desempeñamos perfectamente en sociedad. De hecho, nos desempeñamos tan bien que pasamos a ser respetados y emulados. O esta definición no tiene ni pies ni cabeza, (la apreciación que más comparto), o los atributos que dejamos que se atrofiaran ya no importan, y en cambio la parte que desarrollamos se convirtió en vital. No tiene mucho sentido. Dejamos de ser "geeks" en el momento en que nos transformamos en "cool".<br /><br />4.- "A person who relates academic subjects to the real world outside of academic studies; for example, using multivariate calculus to determine how they should correctly optimize the dimensions of a pan to bake a cake." (Una persona que relaciona conocimientos académicos con el mundo real fuera de sus estudios académicos; por ejemplo, usar cálculo multivariable para determinar como debería optimizar correctamente las dimesiones de un sartén para hacer una torta)<br /><br />Por mucho que me guste esta definición. (Aunque convierta a los geek en MacGyver), me parece que se queda corta. Para aplicar esos conocimientos hay que adquirirlos en primer lugar. Me parece que describe una parte muy importante de ser geek, pero no completamente la naturaleza básica. Sin embargo, es quizás la única que ratifica que podemos ser "geek" siendo "cool", pues nos transforma en solucionadores capaces de problemas y en innovadores de primera clase.<br /><br />El problema con la etiqueta de "geek", es que es casi tan vaga, si no más vaga, que la etiqueta de "cool". Cuando se afirma que dos etiquetas sociales excesivamente vagas se están fusionando, ya es suponer demasiado.<br /><br />Tras el análisis, no me queda si no sintetizar. Los "geeks" no son "cool", (en el sentido coloquial de ser populares). No pueden ser "cool". Por mucho que la idea parezca atractiva en primer lugar, pues convertirse en "cool" es diametralmente opuesto a la idea de ser "geek" en primer lugar. Es una cosa en blanco y negro, si de negro te transformas en blanco, dejaste de ser negro. Punto. No importa cuántos reality shows y sitcoms digan lo contrario, no importa cuántas personalidades del mundillo del "trending", o cuántas firmas del mundo del entretenimiento lo afirmen. Ser "geek" no puede ser cool. Cuando los "geek" seamos "cool", será porque el mundo dio una media vuelta, de 180 grados, y los "cool" se convirtieron en excepciones "geek". Será cuando el mundial de fútbol se juegue entre cinco países, y lo sigan mil personas, y la concepción de belleza física humana global se base en los parámetros samoanos (menos de 120 kilos es desagradable a la vista).<br /><br />Yo por mi parte, continuaré considerándome orgullosamente "geek", sin ambiciones de llegar a ser "cool". Y estoy bastante seguro de que cuando me convierta en "cool", desearé con toda mi alma dejar de ser "geek", y convertirme en cualquier otra cosa.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-59159763354392629172008-09-19T06:56:00.000-07:002008-09-19T08:02:55.691-07:00ProblemasComo estoy guardando mi inspiración de escribir para otras cosas, me hice la propuesta de simplemente colocar una imagen aquí todos los días. Que sea graciosa, o que me guste y tenga que ver con mi día a día. Aquí está, de manera resumida, mi mejor diagrama de consejos que le doy a la gente cuando tiene un problema. En serio, pienso exactamente como lo explica el diagrama.<br /><br /><a href="http://www.gadgetsland.com/images/demoti1.gif"><img style="cursor:pointer; cursor:hand;width: 320px;" src="http://www.gadgetsland.com/images/demoti1.gif" border="0" alt="" /></a>Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-62604745264403614312007-09-14T06:55:00.000-07:002007-09-14T07:54:11.218-07:00La importancia de no llamarse Juan.No me gusta que me llamen Juan.<br /><br />Es que es tonto. Me llamo Juan. Es decir, Juan es mi primer nombre. En serio, aparece en mi cédula y pasaporte. Juan Miguel Fernández de Larrea Rodríguez, dice ahí. Mi partida de nacimiento lo dice también.<br /><br />Además, es que me presento como Juan. Desde hace años ya, extiendo la mano, de manera vertical, (para los hombres), o horizontal, (para las mujeres), y digo "Mucho gusto, Juan", o "Un placer, Juan". Aunque para ser sincero, a veces, cuando lo pienso detenidamente, digo "Juan Miguel", mi nombre completo. Pero, incluso entonces, lo primero que digo es "Juan", ¿no?.<br /><br />Eso hace "Juan" mi nombre de pila. La gente tiende a dirigirse a los demás usando su nombre de pila, no su nombre completo. La vida no es una novela, las personas simplemente no van a caer en la trampa de soap opera latinoamericana de llamarte por tu nombre completo, con eso de "Juan Miguel", que parece tan propio de culebrón mexicano. Es que el nombre completo parece ser una prerrogativa de tu mamá cuando te regaña.<br /><br />Y aquí llegamos al punto donde reside la razón de que no me guste que me llamen Juan. Mi familia toda mi vida me dijo "Miguel", y la verdad, poco a poco me acostumbré y me terminó gustando más que me dijeran Miguel, porque suena mejor, porque es más musical y porque no tiene cuatro letras. Ahora, si quieren preguntar por qué me pusieron "Juan Miguel", con el Juan de primero, y no "Miguel" a secas, "Miguel Angel", "Miguel Manuel", "Miguel José",(Miguel Juan obviamente no por lo mal que suena) si igual planeaban decirme Miguel toda la vida, pues no sé, la verdad no tengo la respuesta.<br /><br />Y vamos a los apodos. Mi aborrecido Juan ha generado (o degenerado en) cientos de formas a través de los años. Juancho, Juancito, Juano, Juanchope, Juancín, Juanito, Juancillo, para nombrar sólo algunos. En cuanto a mi querido y nunca bien ponderado Miguel, nada más ha generado el cariñoso "Miguelacho", de mi papá, que trae recuerdos cálidos cada vez que lo escucho. Ojalá tuviera más, y ojalá me sintiera así con Juancho, Juancito, Juanito, Juancillo o cualquiera de esa otra lista.<br /><br />Durante toda mi infancia, y buena parte de mi adolescencia me llamaron Miguel. En el liceo los que no se dirigían a mí por mi apellido, (triste costumbre en los colegios durante ese período), me decían Miguel. Mis amigos me decían Miguel, mis novias me decían Miguel, todo el mundo me decía Miguel.<br /><br />Una vez, me presenté como Juan Miguel, como siempre, supongo, y la gente empezó a llamarme Juan. Se me olvidó empezar a recordarle a la gente que me gustaba más que me dijeran Miguel. Creo que tuvo que ver con el hecho de que la persona más importante en ese momento me empezó a llamar Juan. Y me dije, "si ella me llama Juan, pues es especial, ¿no?, es distinto. Diferente a lo de siempre".<br /><br />Y me quedé Juan, porque era especial, era único. Con los años, no estoy seguro de que haya dejado de ser especial. Pero sí dejó de ser único. Los amigos que me llamaban Miguel se fueron quedando en el tiempo, y fueron apareciendo los nuevos que me llamaban Juan, porque al fin y al cabo, era como la nueva moda, si ella me llamaba Juan, ¿Por qué no los demás?. En un parpadeo que duró nueve años, dejé de ser Miguel, y me convertí en Juan. <br /><br />Claro, había lugares aislados donde todavía era Miguel. Mi casa principalmente. Las casas de mis tíos y tías, de mis abuelos, una que otra reunión o aparición casual de alguien de hace mucho tiempo. "A blast from the past", podríamos decir. Pero de resto, era Juan. No era sólo que me llamaban Juan, es que yo mismo me había convencido totalmente de que era Juan, y se me había olvidado que me gustaba mucho más que me llamaran Miguel.<br /><br />Yo sé que me conociste como Juan. Sí, tú, en específico. Yo sé que todos me decían Juan, y que probablemente cuando te conocí, me presenté como Juan, aunque existe la limitada posibilidad de que como fue mi hermano quien nos presentó, (quien curiosamente se adaptó de manera perfecta a decirme Miguel dentro de mi casa y Juan fuera de ella), me haya presentado como Miguel o Juan Miguel.<br /><br />Pero me gusta que me digas Miguel. A ver si eso del nombre se transforma de repente otra vez en único, como fue una vez que me llamaran Juan.<br /><br />Así que por favor, si puedes y te acuerdas, si puedes contra los cuatro o cinco años de costumbre de llamarme Juan, llámame Miguel, si quiera de vez en cuando, aunque sea en un momento u otro, porque me siento feliz, porque me recuerda mi infancia, porque me da una tibia sensación en los oídos, en los labios y en el pecho, porque quiero darte otro lugar especial dentro de mi vida, porque aunque no hace falta que me llames Miguel para ser única, lo serás aún más si lo haces, así sea de vez en cuando y de cuando en vez.<br /><br />En cuanto a los demás, ya que más da, llámenme como prefieran. Juan o Miguel, o Juan Miguel. Eventualmente me acostumbraré, o seguiré llevando mi doble vida de ser Miguel por dentro y Juan por fuera.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com15tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-13821664241602015922007-09-10T08:53:00.000-07:002008-12-10T20:00:46.888-08:00Sin palabras...<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimkwjgKAGARnGWctip5sCa0MqDQEXQoBV_6oEPXdahKI_N3LdP4GtQPFIeh-T_ROT-FYu6Tfbw3qB2f8RPL0zrkC3M62Kudw8N2fXwm8qp_239jeh80QuNvudlzdIv6Fv7cVTXlXgYfUwJ/s1600-h/dsimgphpqf0.jpg"><img style="display:block; margin:0px auto 10px; text-align:center;cursor:pointer; cursor:hand;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimkwjgKAGARnGWctip5sCa0MqDQEXQoBV_6oEPXdahKI_N3LdP4GtQPFIeh-T_ROT-FYu6Tfbw3qB2f8RPL0zrkC3M62Kudw8N2fXwm8qp_239jeh80QuNvudlzdIv6Fv7cVTXlXgYfUwJ/s320/dsimgphpqf0.jpg" border="0" alt=""id="BLOGGER_PHOTO_ID_5108604661154915554" /></a><br /><br />Sin nada que escribir, por lo menos consegui algo cómico.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-80462377790539875872007-07-31T09:43:00.000-07:002007-07-31T10:32:44.939-07:00Si alguna vez...Escribo una trama, voy a guardar aquí frases para usarlas.<br /><br />"For a man, there is no merit to be the first lover of a woman. However, to be the best, or even more, the last, is the true achievement"<br /><br />"Love is the only battlefield where the weapons must be designed to make the enemy happier, in order to win"Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-22255605963525918822007-07-27T05:51:00.000-07:002007-07-27T06:29:21.337-07:00El valor de escucharHay algo común en todos los seres humanos. Todos quieren ser escuchados, a pesar de que muy poca gente en este mundo parece saber escuchar.<br /><br />Es que escuchar a alguien es un arte, incluso muy superior a contar historias. A pesar de ser valorado menos, saber escuchar una historia es tan o más valioso que contarla. Puedes obtener fama, reconocimientos y dinero por contar una bella historia, pero nunca por escucharla.<br /><br />Escuchar propiamente a alguien requiere de un grado de empatía sólo alcanzado por el abandono relativo de tu propia consciencia y persona, al mismo tiempo que te compenetras con tu interlocutor. No sólo debes hacer la historia que oyes interesante para tí, debes hacerla al menos parcialmente tuya, con lo que logras además convencer al relator que su historia es interesante y merece ser contada con lujo de detalles, con imágenes, con adornos, con estética.<br /><br />Escuchar no es un llamado al diálogo <em>per se</em>, aunque pueda incluir un intercambio de conversación. Si escuchas propiamente, no es necesaria la retroalimentación para hacer que alguien se dé cuenta que su historia, chisme, cuento, chiste, es maravillosa y única.<br /><br />Una historia vale la pena sólo si es escuchada propiamente, sólo si es compartida, si es sentida, si es vinculada, si es real y verdaderamente comunicada. Un oyente capaz fomenta y genera un sentido de pertenencia humano en el relator. Las historias son indudablemente mejores para aquel que las cuenta cuando son bien escuchadas.<br /><br />Una vez, hace muchos años, leí un libro sobre un personaje cuya mayor virtud era escuchar. De Michael Ende, el mismo autor de "La historia interminable", y a pesar de que el tema principal del libro, infantil por lo demás, se aleja de simplemente las virtudes de escuchar, intenté, no sé si con éxito, de aprender las delicadas destrezas necesarias a través de la práctica desde ese momento de mi vida. Total, siempre hay alguien que desea ser escuchado, alguien con quien puedes seguir practicando, aunque nunca llegues a saber si de verdad, al sujeto le gusta que lo escuches.<br /><br />Es cierto que no todos podemos escuchar como deberíamos, así como no todos podemos pintar como Leonardo Da Vinci, o componer como Beethoven. Pero a veces, ese esfuerzo adicional conlleva sus frutos, y el brillo de emoción, sea alegre o triste, entusiasta o desesperado, que aparece en los ojos de tu interlocutor, te hace pensar que vale la pena.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-30895403159910999662007-07-05T20:41:00.000-07:002007-07-05T20:48:45.111-07:00Una plana a la Bart SimpsonDébora es espectacular y maravillosa<br />Débora es espectacular y maravillosa<br />Débora es espectacular y maravillosa<br />Débora es espectacular y maravillosa<br />Débora es espectacular y maravillosa<br />Débora es espectacular y maravillosa....<br /><br />Te quiero, Deb, eres una muy buena amiga y una persona única en el mundo. Defenderé hasta la muerte el hecho de que este planeta necesita más personas como tú.<br /><br />Sin embargo, lamento decirte que conocí a una persona aún más espectacular y maravillosa que tú, en mi opinión, pero espero que eso no te afecte. La diferencia es que con ella sola pues ya el mundo, y yo, tenemos bastante.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-88938748977758343962007-07-03T08:05:00.000-07:002007-07-03T08:06:12.099-07:00La frase de hoySi hay algo que no soy, la verdad, es un reprimido.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-87388373712357397112007-07-03T07:13:00.000-07:002007-07-03T07:56:26.700-07:00De la naturaleza del miedoCon el huracán de cosas que estoy sintiendo, precisamente una destaca en el ojo de la tormenta.<br /><br />El miedo.<br /><br />Yo me asumo a mí mismo como valiente. Hay que tomar en cuenta, sin embargo, que difícilmente soy temerario. La mayor parte de las personas confunden valentía con temeridad.<br /><br />Valentía es el acto de enfrentar tus miedos. De agarrarlos, envolverlos y ponerlos muy adentro donde no moleste. Temeridad, sin embargo, es no tener miedo.<br /><br />Dos personas en un ascensor accidentado. Una claustrofóbica, otra no. Las dos permanecen calmadas y serenas por media hora. Una de ellas, la claustrofóbica, es valiente, la otra simplemente es temeraria.<br /><br />Aunque este punto sea discutible, para mí tiene más mérito el valiente que el temerario. El valiente ejerce su voluntad para controlarse, para mantener la calma. El temerario no hace nada, simplemente está ahí, y se comporta como si nada pasara.<br /><br />Soy demasiado cauto como para ser temerario. Las situaciones extremas me causan temor. Temor comprendido como ese chorro de adrenalina que te hace temblar las rodillas, te abre los sentidos y te hace sentir como si el tiempo se ralentizara poco a poco.<br /><br />Mi ciudad es un caso. Me ha permitido probar las situaciones clásicas de miedo. Alguien drogado abanicándote un arma en la cara, amenazas de secuestro,estar entre un tiroteo con miles de personas alrededor, coleadas espectaculares en la autopista, peleas callejeras donde asoman cuchillos y nacen puñaladas. Para otras personas en el mundo, esas cosas son mitos. Para mí, han sido realidad, y más de una vez. No sé, a veces creo que lo que nos falta son carros bomba y la cacería del búfalo del Cabo para convertir este sitio en el paraíso de un thrill seeker.<br /><br />Cada vez que recuerdo esos momentos, recuerdo que tuve miedo. Esa mano fría que te aprieta los intestinos, esa escarcha que te invade los poros, esa presión en todos y cada uno de los músculos de tu cuerpo. No puedo ser temerario, creo que pienso demasiado, y me quiero algo, también, como para no responder a las amenazas y peligros con temor.<br /><br />Ahora, perder la compostura, eso es otra cosa. Miedo es señal de peligro, y los peligros se afrontan. Se afrontan cuidándote a tí mismo y a los demás que te rodean. Se afrontan eliminando la fuente del miedo o evitándolo, depende de lo que te dicte tu razón. Hay miedos para correr, hay miedos para saltar hacia adelante, y hay miedos para hablar tranquila y reposadamente. Hay miedos para ser bizarro, y hay miedos para ser astuto y listo.<br /><br />El miedo es un estímulo, en esos casos. Te permite hacer cosas impresionantes, como preguntarle a ese tipo con la pistola si tiene novia o hijos, o decirle al tipo con el cuchillo que lo aparte y se quede quieto si no quiere salir lastimado. El miedo te permite discernir que es buena idea preguntarle al tipo de la pistola por su familia y amenazar al del cuchillo, y no viceversa. Te permite saltar dos metros en el aire hacia ese kiosko de allá porque escuchaste el silbido de una bala bastante cerca. Te permite creerle al policía que dice que viene a hablar contigo después de caerte a plomo por media hora. Te permite girar el volante en la dirección opuesta al coleo mientras sueltas los pedales y te relajas pensando que vas a endezarte en el carril otra vez, en vez de frenar para irte contra la defensa. Agarrar esa silla rápido porque esto se puso feo y son más y más grandes que tú.<br /><br />Pero hay miedos diferentes. Hay miedos que no tienen nada que ver con respuestas a estímulos. Es como el miedo cerval a la oscuridad. A veces sientes miedo en circunstancias en las cuales tu razón te dice que no hay nada que temer. Son los miedos inconscientes, son los miedos emocionales. Son aquella masa de hielo que flota tras la punta del iceberg bajo el mar de la consciencia. Es tener miedo sin saber por qué.<br /><br />Esos son los peores. Es como que tu organismo te advirtiera que caminas hacia una trampa que no ves ni vas a poder ver. No son controlables, no puedes reaccionar a ellos. Son esos miedos que te asaltan cuando estás solo en tu cuarto, más seguro que nunca. Los miedos a que te salgan mal las cosas, a que te lastimes a tí mismo, a lastimar a otros. Los miedos a no ser suficiente, los miedos a imponerte trabas, los miedos a sentir algo o no sentirlo.<br /><br />Esos son realmente difíciles. Malditos miedos traicioneros.<br /><br />Sin embargo, a todos les digo que hay que ser valientes. Incluso con menos asertividad, hay que enfrentar esos miedos y seguir saliendo adelante. Aferrarte a lo que quieres y a lo que te hace feliz. Es la única manera de enfrentarlos. Abrirte paso por tus propias líneas enemigas, afianzarte al piso y sostener tu posición, no importa lo que pase. Seguir lo que crees. Tener tu código y respaldarte con él. Recordar tus deberes, tus lealtades, tus creencias, tus ideales. Ningún miedo es invencible o incontrolable.<br /><br />Como leí en alguna parte. Todos caemos y todos somos vencidos. No podemos salir victoriosos siempre, eso no es una elección. Sin embargo, siempre podemos elegir cómo caemos. Si me preguntan cómo quiero caer, con aplomo responderé que valientemente, como siempre.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-57974514166582344862007-06-14T21:52:00.000-07:002009-08-27T13:02:30.474-07:00Perdí a un amigoEl siempre estaba ahí. Si necesitaba que me cargara me cargaba. Si necesitaba que llevara mis cosas me las llevaba. Nunca hablaba conmigo, pero me dejaba escuchar toda la música que quisiera. Rara vez se quejaba, y aunque lo hiciera nunca dejaba de estar conmigo. Aunque nunca contestaba, sabía escucharme. Al contrario que la mayoría de mis amigos, nunca me criticó ni me llevó la contraria, ni mucho menos me abandonó. Siempre supuse que tenía que ver con su origen japonés.<br /><br />Yo lo vi hacerse viejo poco a poco. Escuché como sus articulaciones empezaron a quejarse, empezaron a crujir sus huesos, sus latidos se hicieron más irregulares, y sus suspiros más comunes. Y no contento con agotarlo cada vez más, lo obligué a recorrer calles y avenidas, llenas de sus flamantes hermanos más jóvenes, que se pavoneaban como para humillar su noble y humilde decrepitud. sin embargo, a mí no importaba, porque para mí siempre fue mucho más bello, ágil, rápido, y capaz que esos recién llegados.<br /><br />Incluso así, más de una vez renegué de sus dones, y pensé en comerciar con su miseria, y dejarlo a merced de algún comerciante de esclavos, o aún peor, venderlo a un matarife para que lo descuartizara y vendiera sus tripas aún calientes.<br /><br />Su piel ya no era brillante como cuando lo conocí, cuando puse sobre él mis ojos ansiosos y entusiasmados de adolescente. Tenía arrugas, golpes y cicatrices. Más de una vez salió herido por mi propia impericia y mi impotencia al no poder quitarlo del camino de varios peligros, pero no por eso dejó de cargarme. Y nunca, nunca me lo recriminó. Una vez recuerdo que lo dejé solo, como tantas veces una vez que me llevaba a donde quería ir, y lo golpearon en mi ausencia, de la manera más cobarde, y a mí apenas me importó. Muchas veces lo hice caminar por sendas rotas, y lo hice caer en abismos por estar distraído.<br /><br />Con él y gracias a él conocí muchos sitios y personas. Me sirvió de refugio en momentos muy duros, y fue testigo de muchas epifanías, giros del destino, infortunios y eventos memorables. Me escuchó llorar como pocas personas lo han hecho, y me escuchó reír mientras miraba a través de él, fijando mis pupilas en la luz de sus ojos, que con la edad había disminuido ostensiblemente en intensidad.<br /><br />Apenas ayer me enteré que había ido al médico, aquel médico que tanto necesitaba, y al que yo no lo había llevado y acompañado, usando la vieja excusa de no tener el tiempo para hacerlo. Para no hacer el relato largo y doloroso, un enfermero cometió un error y destruyó el hospital, mientras mi amigo permanecía adentro, sin saber lo que pasaba.<br /><br />Las llamas devoraron a mi viejo amigo, y lo único que puedo esperar es que todo haya sido muy rápido para que no haya sufrido mucho.<br /><br />Me arrugó el corazón ver su cuerpo calcinado, sus entrañas retorcidas y destrozadas por el calor. Su forma, de la que una vez me sentí tan orgulloso, humillada y ennegrecida. Nunca quise imaginarme un final para alguien que siempre había estado allí, con una lealtad irrompible, tenaz e incuestionable, pero esperaba algo mejor, algo más piadoso.<br /><br />Y sin embargo, sólo dos afirmaciones de una persona con quien compartí mi dolor me permiten alejar la pena por momentos.<br /><br />"Tu carro está en el cielo automotriz, en una autopista sin huecos, lisa y hermosa, desde donde se ven los paisajes más hermosos"<br /><br />"Tu carro no se ha muerto, si no que es un fénix, y revivirá de sus cenizas para servir fielmente una vez más"<br /><br />Gracias amigo mío. Nunca te olvidaré, y te prometo hablarle a mis hijos de tí, y recomendarles que se consigan un amigo como tú.<br /><br />1993-2007<br />Lamento no tener una imagen tuya en todo tu esplendor. Nunca pensé que nos abandonarías.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="http://img.photobucket.com/albums/v203/Aelosia/HPIM1785.jpg"><br /></a>Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-2833099770824971762007-06-08T05:19:00.000-07:002007-06-08T05:23:02.805-07:00Una frase política sencillaNo se puede construir un socialismo, de ningún siglo, sin un proletariado.<br /><br />Aprendan eso, por favor.<br /><br />Bienvenidos a la dictadura del lumpen proletariado.<br /><br />Disfrútenlo.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-87350790628087173952007-05-25T06:30:00.000-07:002007-05-25T07:20:40.354-07:00Del talento y la amistadÚltimamente me ha dado por reflexionar acerca de la amistad. Bueno, en realidad me ha dado por reflexionar acerca de tantas cosas que siento la mente recalentada. De hecho, reflexionar sobre la amistad, uno de los pocos factores de mi vida que se mantiene relativamente estable, me ha permitido refrescar un poco mis pensamientos.<br /><br />Y gracias a mis reflexiones, he concluido que mi amistad es directamente proporcional al talento de los recipientes. Es decir, que es un prerequisito indispensable ser talentoso, de alguna manera especial, para ser mi amigo. No tiene que ser un talento en específico, pero si debe ser un talento útil, interesante, y particular.<br /><br />Me costó en un principio dilucidar el orden de mis ideas, y darme cuenta de si consideraba a mis amigos talentosos porque eran mis amigos, o si consideraba a las personas talentosas mis amigos por su talento. Después de darle vueltas al asunto, finalmente acordé que son mis amigos porque son talentosos, y no talentosos porque son mis amigos.<br /><br />Así que si crees que te considero mi amigo o amiga, lector o lectora, simplemente pregúntame si en realidad te considero así, y recibirás una respuesta completamente sincera. Te darás cuenta de que eres talentoso o talentosa.Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com9tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-60348751607196247262007-05-10T01:04:00.001-07:002007-05-10T01:04:20.241-07:00Super Mario, Proletariat Hero<div xmlns='http://www.w3.org/1999/xhtml'><p><object height='350' width='425'><param value='http://youtube.com/v/Q_xQ-ns5whw' name='movie'></param><embed height='350' width='425' type='application/x-shockwave-flash' src='http://youtube.com/v/Q_xQ-ns5whw'></embed></object></p><p>Sin palabras, Super Mario, hombro a hombro con la revolución bolchevique.</p></div>Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-35320698468453413532007-05-07T19:56:00.000-07:002007-05-07T20:04:44.066-07:00Para todo hay un momentoNos guste o no, para todo hay un tiempo en la vida. Hay momentos de rabia, de tristeza, de felicidad, de risa, de todo. Nos guste o no. Me recuerda esa canción de los años 60, (que descubrí gracias a esa maravillosa compilación que el Soundtrack de Forrest Gump), que decía...<br /><br />To everything<br />There is a season <br />And a time for every purpose, under heaven<br /><br />A time to be born, a time to die<br />A time to plant, a time to reap<br />A time to kill, a time to heal<br />A time to laugh, a time to weep<br /><br />To everything <br />There is a season <br />And a time for every purpose, under heaven<br /><br />A time to build up,a time to break down<br />A time to dance, a time to mourn<br />A time to cast away stones, a time to gather stones together<br /><br />To everything <br />There is a season <br />And a time for every purpose, under heaven<br /><br />A time of love, a time of hate<br />A time of war, a time of peace<br />A time you may embrace, a time to refrain from embracing<br /><br />To everything <br />There is a season<br />And a time for every purpose, under heaven<br /><br />A time to gain, a time to lose<br />A time to rend, a time to sew<br />A time to love, a time to hate<br />A time for peace, I swear it's not too late<br /><br />(The Byrds, words adapted from the bible, book of ecclesiastes)Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-47150176247210227022007-04-30T06:56:00.001-07:002007-04-30T07:03:12.892-07:00Otro más...<div xmlns='http://www.w3.org/1999/xhtml'><p><object height='350' width='425'><param value='http://youtube.com/v/4QkceDC4hu4' name='movie'></param><embed height='350' width='425' type='application/x-shockwave-flash' src='http://youtube.com/v/4QkceDC4hu4'></embed></object></p><p>Tengo que ser repetitivo. Aquí está otro comercial de la campaña "Jump in" del Xbox 360. Son demasiado buenos. Por favor búsquenlos todos y véanlos, porque no los voy a poner todos aquí. Así deberíamos jugar policías y ladrones, para recordar cuando éramos niños, aunque podría ser algo peligroso...Y caro.</p></div>Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-16347057823841649112007-04-30T06:36:00.001-07:002007-04-30T06:36:21.696-07:00Uno de mis comerciales favoritos...<div xmlns='http://www.w3.org/1999/xhtml'><p><object height='350' width='425'><param value='http://youtube.com/v/qkT3VraYNUc' name='movie'></param><embed height='350' width='425' type='application/x-shockwave-flash' src='http://youtube.com/v/qkT3VraYNUc'></embed></object></p><p>Para aquellos que no lo han visto. Este comercial de X-Box resume simple y claramente lo que es ser un gamer día tras día, y quitar un poco la presión de la rutina diaria, sin hacer daño a nadie. Al parecer, en varios países lo prohibieron por "fomentar la violencia".<br /><br />¡Por favor!, todavía no hay registros de asesinatos por hacer BANG! y apuntar con los dedos. Lo que hace falta es más juegos de catarsis y menos armas en las calles.<br /><br />Esta actividad debería ser obligatoria una vez a la semana en todas las empresas y universidades, como dinámica de grupo.<br /><br />Como trivia, el comercial fue filmado en Buenos Aires, con calidad de cine, y las personas que aparecen son argentinos.<br /><br />Parte Favorita: Cuando la muchacha tira la granada imaginaria.</p></div>Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-1751748468321364922007-04-27T06:48:00.000-07:002007-04-27T07:26:34.981-07:00Voltaire"<strong>Anything too stupid to be said is sung</strong>". François Marie Arouet, bajo el seudónimo de Voltaire.<br /><br />En español, "Cualquier cosa demasiado estúpida para ser dicha es cantada"<br /><br />Un hombre inteligente dijo algo en el siglo XVIII que sigue vigente en nuestros días. Enciendan su radio y disfruten de la sátira.<br /><br />Lástima que no poseo el conocimiento del francés como para obtener citas en su idioma original, aunque estoy seguro que al menos tres de mis lectores poseen el conocimiento necesario, y pueden ayudarme con eso. Sí, es con ustedes tres, mándenme un vínculo con las citas originales de Voltaire en francés, para ver qué tan malas son mis versiones en inglés, y mis propias traducciones al español. El que lo haga primero se gana un premio.<br /><br />Otras joyas del mismo autor...<br /><br />"<strong>Judge of a man by his questions rather than by his answers</strong>", (Juzga a un hombre por sus preguntas en vez de por sus respuestas)<br /><br />"<strong>I do not agree with what you have to say, but I'll defend to the death your right to say it. </strong>" (No estoy de acuerdo con lo que dice, pero pelería hasta la muerte por su derecho a decirlo)<br /><br />"Common sense is not so common" (El sentido común no es tan común)Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-88553441538496338652007-04-27T06:44:00.001-07:002007-04-27T06:44:52.461-07:00Una nota de duelo<div xmlns='http://www.w3.org/1999/xhtml'><p><object height='350' width='425'><param value='http://youtube.com/v/ldJ6XV7NiwM' name='movie'></param><embed height='350' width='425' type='application/x-shockwave-flash' src='http://youtube.com/v/ldJ6XV7NiwM'></embed></object></p><p>Anexo para su conocimiento la nota que escribí en mi trabajo acerca de la desaparición de una de las personalidades de la música más importantes de la segunda mitad del siglo XX.<br /><br />"El reconocido violonchelista y director de orquesta ruso Miroslav Rostropovich, falleció hoy a los 80 años de edad, tras una trayectoria artística que dejó marca en el mundo de la música académica internacional.<br /><br />Fue discípulo de compositores, hoy en día inmortales, como Dimitri Shostakovich y Serguei Prokofiev. Este gran maestro deja como legado sus habilidades de virtuoso instrumentista y su talento como conductor.<br /><br />El músico se transformó en un icono de la cultura, luego de que se convirtiera en un tenaz activista político, por el apoyo ofrecido a su compatriota Premio Nobel de Literatura Alexander Solzhenitzin, perseguido por el régimen soviético por su obra Archipiélago Gulag, en la que que denunció los campos de concentración erigidos tras la cortina de hierro, apoyo que le costó el destierro y el exilio.<br /><br />También marcó un hito en la historia mundial cuando millones de televidentes de todo el mundo lo vieron tocar una suite de Johann Sebastian Bach, mientras, a sus espaldas, el muro de Berlín era demolido, en noviembre de 1989"<br /><br />Hoy el mundo es un lugar peor. Un magnifíco violonchelo quedó en silencio, y quedó inmóvil una batuta magistral. Por muy ridículo que parezca, la muerte de Rostropovich me afectó.<br /><br /></p></div>Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-3236295505642775102.post-90116416149475367202007-04-10T05:52:00.000-07:002007-04-10T06:58:50.472-07:00CuyaguaMe quise tirar una de autóctono en Semana Santa, y me fui para Cuyagua. Como en todo viaje, pasan cosas buenas y cosas malas. Como en todo sitio, hay cosas buenas y cosas malas. Preferí hacer un recuento y ponerlo aquí, así como por escrito, con todo y el montón de cosas que necesito escribir. Voy a ser lo más breve y conciso que pueda. Así a lo simple.<br /><br /><strong>COSAS BUENAS</strong>:<br /><br />- La playa. Tienes como cinco tipos de arena, y te cuadras con la más te guste. Tienes arena negra volcánica suave, como barro, tienes la de conchas marinas desintegradas, la suelta, la pegostosa, la apelmazada, la suave, la fuerte. Además, nada mejor que tener un round con las olas, que sin ser demasiado salvajes y extremadamente peligrosas, saben darte tu revolcón si te descuidas. (Sí, yo voy a la playa a meterme en el mar, porque para eso está la playa. Para broncearse están las camas UV de los spa, y para echar pinta tienes hasta la esquina de tu casa)<br /><br />- El río. Tienes los patos, con su extremadamente folclórico letrero de "El que mate un pato sale coñaciado". El agua no está congelada como en la mayoría de los ríos esos de montaña que uno conoce, y el fondo no es ese barro baboso que crees que te chupa las plantas de los pies. Además la vegetación alrededor tuyo cuando te sientas en una piedra y respiras lentamente es digna de admiración. Y si todavía te falta algo, ir a la desembocadura a ver como se mezcla el agua dulce con la salada y crea contraoleaje mientras se mezclan los dos fondos es excelente.<br /><br />- La gente. El espíritu de camaradería es impresionante. Tienes un mar de gente alrededor, todos apretujados y además, borrachos o algo peor, y sin embargo, contrario a lo podrías llegar a pensar, todo el mundo está sonriente, te llenan de bromas, están dispuestos a ayudar a los demás y hay cero problemas. ¿En qué lugar de Caracas puedes juntar, no digamos mil, sino apenas cien borrachos, y esperar que todos se pongan cariñosos?<br /><br />- Pasas por el Henri Pittier, y respiras aire que vale oro por centímetro cúbico mientras vas por la carretera. Escuchas a los monos a lo lejos, y ves las plantas y las mariposas.<br /><br />- La tecnología hace ahora lo de acampar mucho más sencillo. Nada de tres horas montando la carpa, dos horas montando la fogata, y pasando frío y oscuridad en la noche. Las carpas se arman casi solas, el carbón trae una chispa, y las lámparas te aseguran que vas a reconocer al que está al lado tuyo.<br /><br />- La comida. El atún con pasta en lata es inolvidable. Las salchichas a la parrilla saben mejor, incluso si les cayó arena, y el ramen (fideos chinos) pasa con cualquier cosa. De vez en cuando, incluso con un presupuesto reducido, te lanzas a disfrutar unos tostones, unas empanadas, o para el que le gusten, unos mariscos.<br /><br />- La bebida. Ley Seca, dijeron. Igual, renuncié completamente a mis gustos etílicos refinados. ¿Cerveza?, asco, probé una y no quise pasar otra más. Coco Anís, sin embargo, el Coco Anís. Puedes hacerle una oda al Coco Anís en Cuyagua. Coco Anís con jugo de manzana o pera es extremadamente agradable, pero el Coco Anís con leche es toda una experiencia. Es que sabe a cocada. Es que es cocada. Y la guarapita de coco de los locales, bueno. Así le hagas asco al precio, más cuando ves que en la etiqueta de la botella dice "Aguardiente Saint Thome", (que logra que tu hígado se comprima de repulsión apenas la ves), esa guarapa es lo mejor que te puedes tomar en la playa.<br /><br /><strong>COSAS MALAS:</strong><br /><br />- La playa. Es ser algo exigente, pero el peralte de la línea de la playa es excesivo. Léase por peralte la inclinación del descenso de la línea de arena hacia el agua con relación al horizonte. Si quieres caminar por la orilla de la playa mojándote los pies, pues prepárate a desistir a los quince minutos, porque sientes que te caes y que te vas de lado. Además, si no llevas tu monstruo cuatro por cuatro prepárate para empujar el carro a lo largo de toda la playa. La gente te ayuda, pero todos tienen un método distinto. (Dale suavecito, chamo. Métele la chola, chamo. Ponle las alfombras, chamo. Usa esas palmeras, chamo. Echa los cauchos para los lados, chamo. Ponlo en primera, chamo. Y ninguno funciona sino empujándolo nada más).<br /><br />- No hay baño. Para orinar sobran los sitios, a lo "commando", pero no hay baño. Espero entiendan el eufemismo de "no hay baño". Quiero decir que no se puede hacer del 2, por decirlo de otra manera, sin caer en el escarnio público.<br /><br />- El río. Cualquier parte de tu cuerpo no sumergida en el agua es devorada por los zancudos en segundos. Se-gun-dos. Además, la cantidad de gente bañándose río arriba te hace pensar que lo que te cubre es el shampoo y el jabón sucio de los otros, y te saca del agua. Así de malo.<br /><br />- No hay baño. Baño decente, de gente civilizada.<br /><br />- La gente. El reguetón. ¡Por Dios, basta del reguetón!, te tienes que sincronizar con el reggae de los rastachamos al otro lado de la playa para poder evitar el tipo con la super planta de sonido que decidió darte el concierto completo de Don Omar desde su sustituto automotor de virilidad auténtica marca Toyota. Y bueno, si eres de esos que no puede dormir si no hay silencio absoluto, feliz insomnio. Los cantantes a capella de música llanera te van a tener despierto toda la noche.<br /><br />- No hay baño. Al tercer día ya no quieres comer nada, y te preguntas cómo están haciendo las otras 100 mil personas, y te preocupas de nuevo por el río, la arena, el mar y todo lo demás.<br /><br />- Pasas por el Henri Pittier, y no soportas las dos horas metidas en el carro con las curvas asesinas, que además incluyen autobuses kamikaze que no frenan y te recuerdan con una corneta de locomotora que no puedes pasarles cerca si quieres sobrevivir la travesía.<br /><br />- ¿Les dije que no había baño?Juan Miguelhttp://www.blogger.com/profile/10251969168184166646noreply@blogger.com1